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Mostrando entradas de julio, 2008

INB HAFADJA

Siendo niño, en uno de los barrios periféricos donde jugábamos, había dos calles que me llamaban la atención por lo extraño, entonces, de su nombre. Eran calles cortas, apenas unas casas rodeadas de naranjos y huerta, circundadas por acequias y un brazo del río Xuquer en el que solíamos, a escondidas de nuestras madres, bañarnos en verano. Una de aquellas calles estaba dedicada al poeta Ibn Hafádja ( 1058-1139), otra al también poeta, sobrino del anterior, Ibn Zaqqát (1134- ¿?). Fue de adolescente cuando descubrí un día el libro de Emilio García Gómez “Poetas Arábigo-andaluces” y me quedé impresionado y asombrado por la belleza y la imaginería de aquellos poetas que tanto esplendor cultural dieron a Al-Andalus y en particular a mi tierra durante los siglos, XI, XII. De nuevo aparecieron estos poetas y ya quedaron para siempre. Fue una antología que me acompañó durante muchos años. De hecho el único premio de poesía que he tenido ocasión de promover tomó el nombre de Inb Hafája y afortu

PUNTO DE INFLEXION

Hay ocasiones en que parecemos diversos, otros pero idénticos, nunca el doble de nosotros mismos. Buscamos el equilibrio, cansados de la lucha fratricida entre tantos como nos da a elegir la voluntad de ser. Pobre intento de dar un perfil fácil. Nacemos y navegamos sujetos por los mitos de la tribu buscando nuestro secreto, sin orillas, ni principio, ni final, descansando apenas sobre un fragmento de tiempo informe, buscando un límite, Así, desnuda y cubierta, llegaste, sin fronteras, inmensa y sin perspectivas. Ni una pilastra, ni un frontispicio donde anclar la mirada. Noche y día solo eran escenarios para tus ojos, lo demás, galaxias, esferas cóncavas, imágenes equívocas perdidas en la plenitud del páramo disperso. Fuimos desubicados en la pirámide del tiempo, perdimos el pulso, diluimos la correspondencia, el común beso pretendiente devino particular y confundimos la arbitrariedad del deseo con el artificio. Sin pretenderlo, la historia fue más que el álamo solitario, que la palabr

JOSEP VICENT MARQUES

De la mano de Julio Escandell, del Instituto Social Obrero de Valencia, conocí a Josep Vicent Marqués. Tuvimos una reunión un grupo de chavales con Marqués y su entonces amigo y compañero Ricard Garrido, para crear una organización socialista. Me sugestionó la capacidad intelectual y lo desenfadado del mensaje que Marqués nos ofrecía. Desprendía sinceridad y entusiasmo, tanto como para hacernos olvidar el temor de una reunión de aquel tipo, en plena noche del franquismo. Al parecer, Ricard Garrido era el encargado de contactar con los viejos socialistas que quedaban por Valencia y que detentaban el marchamo del PSOE oficial, algunos de ellos masones. La iniciativa no cuajó y después de varias reuniones cada cual tomó el rumbo que creyó conveniente. La próxima que me reuní con Marqués fue estando él al frente de Germania Socialista. Se trataba de coordinar acciones entre varias organizaciones políticas, obviamente clandestinas. A pesar de nuestras diferencias, siempre tuvimos una cord