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BALANCE PROVISIONAL.

Siempre supimos que sería difícil conocer más de nuestro mundo sin saber de sus raíces y pertenencias, pero somos diferentes, incluso cuando apenas hay tiempo entre una diferencia y la contraria. La sospecha de aquel mundo posible trastornaba nuestra quietud y sugería que generáramos el espectáculo que diese noticia, no de lo que éramos, que apenas lo sabíamos, de lo que queríamos ser. Y no pudimos. Nadie nos dio permiso para vivir a oscuras y deslizarnos sobre los recuerdos. Nunca se lo perdonaremos a nadie. Por eso abrimos la puerta a la hipocresía, a la apariencia, reforzamos y estilizamos la mentira abrazándonos a la corrupción y al vicio (para qué negarlo, nos pudo el morbo) y así encontrarnos. Y siguió abierto el reto. ¿Por qué no dejarse amar? Había que complicar y entrecruzar las vías de acceso al pensamiento y a la belleza, cambiar el contenido de ésta. Pero humanos a fin de cuentas, dimos espacio al remordimiento, a la culpa y a la penitencia, a las cosas realmente importan

TOC DE DIANA

Per a què mentir-nos, sempre hem estat tan esplèndids i adornats per cilicis, presos del ventre adormit, rodó i perfecte com un somni. I purs també, igual que la set enamorada dels múltiples enllaços de la pell. Com qualsevol miracle imprevist, gairebé impossible banderí d'exèrcits d'incerta riba. Unes vegades invasors, altres patriotes, sempre enganyats. Sorpresos del poder que exhibíem, no vam poder entendre'ns fins que substituirem el nombre per l'ordre. Des de llavors ens entusiasmava i buscàvem tot allò que succeïa passejant-nos emboçats amb el mantell de la ciència. Parlar, doncs, de l'amor, el nostre, sense definir de què i com i per què i a pesar nostre allunyar-nos del mar que crèiem únic? Hauria estat tan banal com parlar de la mort sense caure en el desordre, sense convertir-nos en un símbol sense gairebé referències, cobert de lloances i negacions, esbarzers adolescents, sense picaportes, només vents. Una nova icona a la qual adorar. Potser hàgim de se

LA MEMÒRIA LIQUIDA, QUE NO INFORME.

Sí, va ser una aventura abandonar el bressol i trobar-nos, en l'instant zero de la nostra història, embolicats i amagats en les dimensions ocultes fins intuir que el dilema de saber de tu, més enllà dels teus llavis, va trobar la solució besant-te. Quin deliri de verb i què llarg el camí per tan curt projecte. Foren tants salts del sentit a la significació que no hi ha codis, només coincidències en l'amanerament d'un mateix origen i potser et buscaràs un dia a la roca, l'aigua o l'aire. Cap on sigui que vulgues caminar, el final serà sempre tan imprevisible i trist com una passió desmanegada, resolta a morir de vella, reconfortada pel secret i la traïció, ciments tendres que uneixen. Llavors, quina màgia la del ritual de la trobada! Els colors afables que ballen, i les veritats que neixen d'altres que ens emmanillen el cant, la pena i atempten a l'ordre dels records. Tantes vegades t'abraça, tantes fuges confonent carícies i reflexos, somiant en l'

TRIVIALIZACIÓN Y DESLIZAMIETO (Rondó postmoderno)

Las apariencias propusieron que ambos fuéramos, mujer y hombre, por deseo del otro, aunque nunca renunciamos a ser cada cual como el espontáneo manantial que titubea convertirse en río o mar, como siempre quisimos sin apenas conciencia. Todo era posible en aquellos tiempos. Todavía es un misterio quien medió entre los dos. Pasó el tiempo, siguen los ribazos, pero el sol es difuso, casi azul de enamorado, desierto de odio y llanto y tu boca que se negó a seducirme, ahora gime y desespera por un sucedáneo mientras que a distancia y en paralelo tus pechos sobre los míos lloran. Mucho antes de ser tú un mito, mi palabra ya era un ritual que, contra todo pronóstico, buscaba la transparencia, un pilar recio donde tu primavera morase, sin más temporalidad que los puntos cardinales y el orden jerárquico de la referencia. De ahí que tus ojos me pierdan cada día y me ganen cada noche. Así fue cómo tu exactitud se abrazó a tu descaro, estableció su norma y emergieron las relaciones, mucho más al

EL LABERINTO DE LA MEMORIA. (Antología) XIII

En estas condiciones, ¿cómo decirte que no estoy receptivo para el odio y que mi verbo se aclimató entre tus carnes, como un hurón agazapado en el límite de tu entrepierna, esperando el reclamo de tu voz, que me atoró tu manantial hasta que, flácido declinó, sol cansado, delirio de vida? Solo el polen lunar que se esparce por tus muslos y alienta mis deseos, como el tatuaje que me marca, transgredido y olvidado, nos dio luz en el tránsito y menguó la traición, aunque fuimos ángeles inmolados por el concilio insomne para quienes, dormidos sobre sus conciencias, descienden de los ancestrales cántaros rellenos de placidez, frescura y pronósticos sin que, por cobardía y linaje, desprecian la mano impúdica que licenciosa recorre el vértice y, avaros como son, mientras llega el amor disfrutan de cuerpos bellos, hijos de la lucha ajena y del sudor propio. Oh, sí, marginales jactancias que duelen. Ángel negro nacido del verbo del Gólgota, m e hiciste llamar a la mesa cubierta con un mante

EL LABERINTO DE LA MEMORIA (Antología) VII

Qué más da si es infinito el universo o termina donde empieza la esperanza. Seguimos buscando el espacio aún no hallado, necesitados de sus bondades, si las hubiera, no porque en sí signifiquen nada, porque nos vienen recubiertas de inéditos gestos, huérfanos y algún que otro ajeno e infiltrado orgasmo. Sabíamos que nuestra relación amorosa siempre estuvo asediada por el olvido, incluso por la renuncia (era nuestra particular forma de obviar a dios). No era malvivir, era el signo de nuestro tiempo. Siempre a caballo del tiempo y con la benevolencia del espacio, fenómenos que, como dios y la muerte, construíamos día a día ¿Perseverar es vivir entonces? ¿Hablar ahora de la naturaleza de nuestro amor? Como si no supiéramos que somos un eslabón, que el génesis no fue la fruta sino tus pechos que amamantan aun hoy, que aunque no exista la felicidad, construimos nuestro pensamiento desde ella. ¿Para qué la ontología si nosotros somos quien somos y basta de historia y de cuentos ? ¿O t

EL LABERINTO DE LA MEMORIA (Antología) (XXIX)

Pletóricos y modestos, envueltos por el manto que nos ofreció Narciso, atomizamos la pasión. Fuimos tan frágiles sin apenas certezas íntimas, con tanta indiferencia y arrogancia nos vimos frente a las fuerzas del otro y sus referencias que casi no pudimos pasar del reconocimiento de nuestro cuerpo al deseo del semejante. Los días sucesivos, aquellos que llegaron sin nuestra anuencia, me adaptaron con el hábito y tú te fuiste llevándote mis deseos que quedaron como suspiros teñidos de azul intenso, perdidos en los senderos de la vida. ¿Decirte ahora que era un error tu deseo de formar parte de mi mundo, sin poderte demostrarte que mi mundo eras tú y poco más, que el mal es una sabana de seda que cubre nuestra piel pero nos delata y que en ocasiones  nuestra verdad solo se propone justificar lo prohibido?  No obstante mis alegorías del niño y el escondite, tu fragancia de incipiente hembra me arrastró al túnel de la noche y la mágica sal de tus nalgas y sus salmos fueron las sombras

EL LABERINTO DE LA MEMORIA (Antología) (XXX)

Las apariencias propusieron que ambos fuéramos, mujer y hombre, por deseo del otro, aunque nunca renunciamos a ser cada cual espontáneo manantial que titubea convertirse en río o mar. Todo era posible en aquellos tiempos. Todavía es un misterio quien medió entre los dos. Pasó el tiempo, siguen los ribazos, pero el sol es difuso, casi azul de enamorado, desierto de odio y llanto y tu boca que se negó a seducirme, ahora gime y desespera por un sucedáneo mientras que a distancia y en paralelo tus pechos sobre los míos lloran. Mucho antes de ser tú un mito, mi palabra ya era un ritual que, contra todo pronóstico, buscaba la transparencia, un pilar recio donde tu primavera morase, sin más temporalidad que los puntos cardinales y el orden jerárquico de la referencia. De ahí que tus ojos me pierdan cada día y me ganen cada noche. Así fue cómo tu exactitud se abrazó a tu descaro, estableció su norma y emergieron las relaciones, mucho más allá de donde tu luz alcanza y tu templo adquiere

EL LABERINTO DE LA MEMORIA (Antología) (III).

Sobre mi pecho nos hicimos singulares, o fue suficiente romper cadenas sin conseguir abrir los eslabones. Armamos espectáculo de la entrega sin caer en la cuenta de la conveniencia de disolvernos, como si nuestro encuentro y sus consecuencias hubieran sido tan solo un vuelo de apareamiento y desconocidos nos estrecháramos a tientas. Aunque, ahora que tengo el tiempo por aliado, confieso que siempre deseé, no tus nalgas, pero sí lo que sugieren. Algún día notarás sobre tu piel, debajo de una de esas robustas e intensas moreras que rodean tus sueños, el reverberar del beso concupiscente, el delirio telúrico que penetra en los más extraños desatinos y nos hace universales, a pesar de la banalidad con que, a veces, nos amamos. ¿O acaso la sucesión de tiempo que organizamos como una vida es algo más que saltar de encuentro en encuentro hasta encontrar el vacío? En fin, voy a olvidarte pero para reconstruirte. Qué más da de dónde vienes ni si me esperas. Ni si en las noches más impetuosa

EL LABERINTO DE LA MEMORIA (Antología) (XVIII)

“Sarebbe stato suicida resto sulle cosce” sin percibir qué vientos levantaban tus deseos y tantos otros pliegues que anunciaban el choque de tus manos con mis más poderosos y ocultos secretos, en tu afán infantil por poseer todo cuanto ajeno pero, a imagen y semejanza tuyo, deseas. ¿Cómo pretendías poseerme sin renunciar al orden que nos hace iguales? ¿Acaso no sabes que solo un amor sin futuro conduce al placer con naturalidad y ambos, desde niños, apostamos por un amor sin historia? En alta mar, sin más luz que la sobrante, fui tuyo unos momentos, los justos para admirarme de tu vigor, de tus deseos de sobrevivir y prolongar tu especie, de afrontar pasiones y desmanes, de hundirte en el placer ciego y buscar las corrientes, a tus caricias sujetas, que empujen la nave. Para mi, qué más da hacia dónde; por eso fuiste el capitán de la nave y yo el grumete sometido a tus poderes y supe del dolor, “penetração e vida” . Ni héroes ni villanos. Porque yo tengo la juventud y tú el recu

EL LABERINTO DE LA MEMORIA (Antología) (I)

Nous étions amants , car ils sauté sur le vent , la luz y la armonía de las galaxias terrenales, del tiempo y de la vida de aquella ciudad que tantos amores ocultaba, derrocha, silencia, y aun hoy envidia por el reflejo en la brisa de tu sombra, poseída por tus futuros días, incursión en el devenir de tus encantos. Nos llevó tiempo conciliar nuestras conciencias. Necesitábamos luces que provocaran sombras y salir de la luminosa oscuridad que nos envolvía, abandonados en aquel inmenso erial cuya única frontera era tu réplica en el vacío. Todo terminó con el orgasmo previsto que nos desbordó por el deseo de permanecer uno dentro del otro, escondidos frente al mundo, huyendo quién sabe de quién o de qué, y un inesperado beso asediado por el olvido. Nada es lo que parece. Law and Order. Nos olvidamos de las pocas creencias que todavía   sobrevivían y organizamos las ideas que resultaron de tantas vigilias en las que, más allá de la palabra, fueron tus manos y tu mirada las depositarias

LA SOBERBIA DE LOS INDICIOS SECUNDARIOS.

Hubiera sido suicida quedarme sujeto a tus muslos sin percibir qué vientos levantaban tus deseos y tantos otros pliegues que anunciaban el choque de tus manos con mis más poderosos y ocultos deseos, en tu afán infantil por poseer todo cuanto ajeno, pero a imagen y semejanza tuya, deseas. ¿Cómo pretendías poseerme sin renunciar al orden que nos hace iguales? ¿Acaso no sabes que solo un amor sin futuro conduce al placer con naturalidad y ambos, desde niños, apostamos por un amor, como todo lo eterno, sin historia? En alta mar, sin más luz que la sobrante, fui tuyo unos instantes, los justos para admirarme de tu vigor, de tus deseos de sobrevivir y perpetuar tu especie (dudando si también la mía,) de afrontar pasiones y desmanes, de hundirte en el placer ciego y buscar las anónimas corrientes, a tus caricias sujetas, que empujen la nave. Para mí, qué más da hacia dónde; por eso fuiste el capitán de la nave y yo el grumete sometido a tus poderes y supe del dolor de tu derrame, ni héroe

DESIDERATUM.

Sobre ti durmieron el placer y los temores, la cura del ansia que procura el habla cardinal, el severo guiño de la cotidianeidad en el deslinde desvelador de la vida y la muerte. Tanto estilo, tanto metódico supuesto como temporal dios, acaso sin tiempo, tanta morada urgente, y aún así, solo el espacio, sin medición ni enunciado, dejado caer que no ingresado, entre tenido o tal vez absorbido por la extrema necesidad de ser, de precipitarte camino hacia el pasado, allí, allí fue donde nacimos, hechos polvo. ¿A qué viene, pues, si mineral, vegetal o tan solo amante? Quizá un error, sí. Ahora, si no hay destino, ¿cómo saber lo que somos, más allá del misterio de lo simple, de la disputa amorosa entre el ser y la nada? Un suceder, tu historia que deviene anónima orden donde te pierdes, en espera. Te me muestras cuando te desvaneces, como todo lo importante que en mi vida ha sido. Y es que, declinados y sujetos, morimos por un orden sin haber obtenido el orden de la muerte. Op