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Mostrando entradas de enero, 2013

DESIDERATUM.

Sobre ti durmieron el placer y los temores, la cura del ansia que procura el habla cardinal, el severo guiño de la cotidianeidad en el deslinde desvelador de la vida y la muerte. Tanto estilo, tanto metódico supuesto como temporal dios, acaso sin tiempo, tanta morada urgente, y aún así, solo el espacio, sin medición ni enunciado, dejado caer que no ingresado, entre tenido o tal vez absorbido por la extrema necesidad de ser, de precipitarte camino hacia el pasado, allí, allí fue donde nacimos, hechos polvo. ¿A qué viene, pues, si mineral, vegetal o tan solo amante? Quizá un error, sí. Ahora, si no hay destino, ¿cómo saber lo que somos, más allá del misterio de lo simple, de la disputa amorosa entre el ser y la nada? Un suceder, tu historia que deviene anónima orden donde te pierdes, en espera. Te me muestras cuando te desvaneces, como todo lo importante que en mi vida ha sido. Y es que, declinados y sujetos, morimos por un orden sin haber obtenido el orden de la muerte. Op