Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2015

DE REPENTE, LA VIDA.

Siempre supimos que sería difícil conocer un poco más de nuestro mundo sin saber de sus raíces y pertenencias. Lo creímos tan nuestro que apenas lo vivíamos, diferentes como somos, incluso cuando no hay tiempo para saber por qué nos perdemos en las diferencias y sus contrarias. La sospecha de aquel mundo posible, siempre a mano, ha trastornado nuestra quietud y aún sugiere que generemos la suerte que diese noticia, no de lo que éramos, que jamás nunca lo hemos sabido, menos aún de buscar la frontera entre las excepciones y las reguladas normas. ¿Había lugar? A duras penas, de lo que queremos ser. Humilde dialéctica. O pacientes roces con los que construimos nuestra inercia.

LAS DELICIAS SOBREVENIDAS.

Nadie nos dio permiso para vivir a oscuras y deslizarnos suaves sobre los recuerdos, motivados y estimulados a emprender el esfuerzo. ¿Quién pudo perdonar a nadie sin sumergirse? Por eso abrimos la puerta a la hipocresía, a la apariencia, reforzamos y estilizamos la mentira, abrazándonos a la corrupción y al vicio (para qué negarlo, nos pudo el morbo) y así encontrarnos con tantas razones nobles para seguir viviendo y ninguna para morir.